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La insulina y la diabetes tipo 2: cinco cosas que debes saber

¿Te ha hablado tu médico sobre la insulina? Muchas personas tienen dudas y sentimientos encontrados sobre la insulina, por lo general, basados en mitos que no son ciertos. A continuación te presentamos 5 consideraciones a tener en cuenta:


  1. El problema de la diabetes radica en la insulina, no en el azúcar. Después de todo, el azúcar no causa la diabetes. Las personas que tienen diabetes tipo 2 no producen suficiente insulina o su organismo no la usa adecuadamente; por lo tanto, no pueden procesar correctamente la comida que ingieren.1 
  2. Iniciar el tratamiento con insulina es normal para la mayoría de las personas. El hecho de que necesites insulina no significa que no hayas cuidado bien la diabetes. La diabetes es una enfermedad progresiva, lo que significa que aunque controles muy bien tus niveles de glucemia, es probable que con el tiempo tu organismo produzca menos insulina o que la use con menor eficiencia.2 Eventualmente, es probable que la diabetes progrese hasta un punto en el que los medicamentos por vía oral y otras opciones ya no sean suficientes para mantener los niveles de glucemia en un rango seguro.1 De hecho, la mayoría de las personas con diabetes tipo 2 comienzan a utilizar insulina a los 5-10 años de haber sido diagnosticados.3
  3. Otros medicamentos para la diabetes tipo 2 no son lo mismo que la insulina.  Los comprimidos que tomas por vía oral y otros medicamentos inyectables no son insulina. Estos medicamentos ayudan al organismo a utilizar la insulina que produce. La insulina no puede administrarse por vía oral, ya que sería destruida al llegar al estómago antes de poder ser absorbida y pasar a la circulación. Es por eso que se inyecta por vía subcutánea.
  4. Las inyecciones de insulina no duelen tanto como podrías pensar. A nadie le gustan las inyecciones, pero muchas personas se sorprenden cuando descubren que es mucho más sencillo de lo que esperaban.1 Hoy en día, otros medicamentos para la diabetes también son administrados con una inyección; por lo tanto, es probable que te hayas acostumbrado un poco más a recibir inyecciones.
  5. La insulina no es la causante de los problemas en los pies, ojos y otras partes del cuerpo. Quizás hayas escuchado que alguien empezó a utilizar insulina y luego tuvo problemas en los ojos o en los pies. Quédate tranquilo, ya que la insulina no provoca este tipo de efectos secundarios. Es más, si la persona afectada hubiera comenzado a utilizar insulina antes, quizás se hubiera podido prevenir o retardar la aparición de estos problemas de salud.1

Muchas personas consideran que comenzar a utilizar insulina tiene un impacto positivo. Después de todo, con un mejor control de la glucemia, tienes más energía y te sientes mejor.1 De manera que sí, es posible que tu vida cambie, pero que cambie para mejor.

1American Diabetes Association. Insulin myths and facts. Clinical Diabetes. 2007;25:39-40. Disponible en: http://clinical.diabetesjournals.org/content/25/1/39.full.pdf.  Fecha de acceso: 19 de julio del 2016.


2American Diabetes Association. Standards of medical care in diabetes—2015 [position statement]. Diabetes Care. 2015;33(1): S4-S93. Disponible en: http://care.diabetesjournals.org/content/suppl/2014/12/23/38.Supplement_....  Fecha de acceso: 19 de julio del 2016.


3International Diabetes Federation. Diabetes education modules 2011: clinical monitoring.  Disponible en:  Disponible en:  https://www.idf.org/diabetes-education-modules.


Fecha de acceso: 19 de julio del 2016.

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